estado total de soma
Te veía y entraba en un estado total de soma. La sonrisa más ridícula aparecía debajo de mi nariz, y mis ojos solo veían lo que querían: a vos. Todo lo demás parecía no tener sentido alguno. Lo único que parecía importante en ese momento era tu presencia, tus caricias, tus besos, tus miradas, tus palabras, vos, nada más que vos.